La caída del Hombre

 

Creemos y testificamos que las Santas Escrituras enseñan que el hombre fue creado en santidad (Génesis 3:1-9), a imagen y semejanza de Dios (Génesis 1:26-27), sujeto a la ley de su Hacedor; diferente a todas las demás criaturas visibles e invisibles, dotado de inteligencia, justicia, voluntad, y sensibilidad para que pudiera señorearse de la creación visible y procrear el género humano (Génesis 1:28-31), todo para la gloria de su Creador. De aquel estado feliz cayó por la transgresión voluntaria, quedando desprovisto de la justicia y santidad que poseía por cuya causa todo el género humano es ahora pecador, no por fuerza, sino por naturaleza, hallándose enteramente desprovisto de la santidad que requiere la naturaleza de Dios, positivamente inclinado a lo malo (Romanos 8:7) y, por lo mismo, bajo justa condenación, sin defensa ni disculpa que le justifique.